miércoles, 17 de junio de 2009

Historia de los aeropuertos de La Palma



El 19 de febrero de 1921, el Ministerio de Fomento autoriza a Gumersindo Acosta Hernández a instalar un servicio de transporte aéreo para la compañía Marítimo Canaria, en la zona marítimo-terrestre de la playa de Tazacorte. Es la primera noticia que se tiene en La Palma acerca de un servicio aéreo. En la década de los cincuenta, las nuevas necesidades económicas, educativas y sanitarias hacen pensar en la construcción de un nuevo aeropuerto.
La especial orografía insular, con montañas que superan los 2300 metros, dificulta la disponibilidad de terrenos llanos cercanos a los núcleos de habitantes más importantes. Se selecciona para el aeropuerto una pequeña meseta situada a unos 350 metros sobre el nivel del mar y a unos ocho kilómetros de la capital, Santa Cruz de La Palma. Esta meseta permite acondicionar una franja de terreno de mil por cien metros. Este aeropuerto –que se denominará Buenavista– se lleva a cabo entre 1953 y 1954 y se abre al tráfico aéreo civil nacional, internacional de turismo y escalas técnicas del tráfico internacional el 22 de septiembre de 1955.
Los servicios aéreos son realizados con aviones Junkers 52 militares y con algún DC-3 de la compañía Iberia, que realiza el vuelo en días alternos a Santa Cruz de Tenerife. Las frecuentes lluvias en el nuevo aeropuerto hacen impracticable el uso de la pista de vuelo, lo que obliga al Ministerio del Aire a construir una pista asfaltada. En el verano de 1956, se cierra el aeropuerto para proceder a esta pavimentación, que no se concluye hasta los primeros meses de 1958. En estas fechas, el aeropuerto dispone de una pista de vuelo pavimentada, con marcación 03-21, una plataforma de estacionamiento para un solo avión y un barracón de madera y techo de uralita que hace las funciones de edificio terminal.
Nuevo emplazamiento
Durante los años siguientes, las lluvias o los vientos cruzados obligan a suspender las operaciones en más de un quince por ciento de las veces. Ni la mejora del drenaje ni la construcción de una calle de rodaje mejoran la situación, ya que la cercanía de las montañas provoca cambios en los vientos y el estancamiento de nieblas. Todas estas circunstancias y la imposibilidad física de mejorar el aeropuerto de Buenavista llevan a las autoridades aeronáuticas a buscar un nuevo emplazamiento.
Se seleccionaron unos terrenos paralelos a la costa, casi al nivel del mar, en el municipio de Mazo. Tras la redacción del proyecto se realizaron los trabajos que permitieron la construcción de una pista de vuelo –denominada 01-19– que se abrió al tráfico el 15 de abril de 1970. La puesta en servicio de esta franja y la creciente ampliación del tráfico aconsejaron la construcción de un muro de escollera que, previo relleno, permitiera crear una explanada suficiente para ampliar la pista de vuelo por el extremo de la existente. El 1 de abril de 1980, se abrió al tráfico la nueva pista de vuelo.
Fabiola González Durán

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